viernes, septiembre 21, 2007

Pamir. De culo cuesta arriba

El culo de la polaca.
Respirar. Un paso.
Respirar. Un paso.
Abajo. Baja. Da la vuelta. Dice la cabeza.
Continúo.
Un paso. Respirar. Un paso.

No veo a Gotzon. No veo a Mikel.
Estarán casi arriba.
¿Qué hago aquí?
El culo de la polaca
Respirar. Un paso. Respirar.

¿Por qué he traido raquetas?
Ella va en esquís. La polaca.
Descanso sólo diez segundos.
Cuento: uno, dos, tres.....
.....voy a vomitar.....
ocho, nueve, diéz.

Avanza. Que esté a la vista.
El último espolón.
Respirar. Un paso. Respirar.
El culo de la polaca.
Respirar. Sonreir. Respirar
Los banderines. Los abrazos
El culo de la polaca.
Ismoili Somoni.
La cima.

miércoles, septiembre 12, 2007

Zapatones

Ayer envié un correo al organismo internacional que se encarga de las especies en peligro de extinción. Quiero que me cataloguen. Que envíen una expedición con taxonomista a mi casa. Que pongan en un libro una foto con mi cara, mi culo y mis pies.

Yo soy el único animal que tropieza todos los días con la misma piedra. Varias veces.

Pero es que tiene un sabor tan antiguo, y duele tan bien...

miércoles, septiembre 05, 2007

Cariacontecidos

Los vi crecer entre años y años.
Compartimos cercanías, calles y mañanas.
Pero no se nada suyo. Ni sus nombres ni en qué andarán.
No recuerdo el sabor de uno sólo de nuestros segundos.
Ni dulce ni amargo. Nada.

Y sin embargo conservo feligrés y devoto
la reliquia incorrupta de la historia de sus caras.

"Caracandaó" era bordillera y patidifusa. Una cojera asimétrica la acomodaba naturalmente a los espacios límite entre acera y calzada. Cada paso, costoso, apuntaba decididamente a direcciones incompatibles. Imposible discernir si iba o venía. Sus ojos grandes y negros circulaban en deriva múltiple, como los de un perro encadenado explorando ansioso el límite de su recorrido. Un mentón antiguo, prominente, proporcionaba el cierre inexpugnable a los eslabones de su rostro. Nunca la pude oir hablar. Su voz se filtraba y goteaba silenciosa entre espacios de metal.

"Caranada" era un joven espejismo refractario. Un rostro pulido que se prestaba animoso al reflejo indiscriminado de la arquitectura de su Bultaco. El manillar, el escudo de la casa, el acelerador o el tapón del depósito de gasolina. Multifacético, y visionario sin rostro propio, me regalaba cada mañana una lección de mimetismo carnal entre el hombre y la máquina. Y montado en su motocicleta, con las planta de los pies nunca coincidiendo sobre el suelo, pasaba por mi vida así, como de puntillas, de carrerilla, como las dosis de incomunicación que marchan sobre ruedas.

Y hay algunos días "no sé", del estilo de hoy, en que desearía poder resucitar y preguntarles -¿qué tal?-, si es que acudiesen cariacontecidos, a los funerales por el eterno descanso de una que fue mi alma.

Alpha Blondy - Psaume 23 & Jerusalem (Live)

[via FoxyTunes / Alpha Blondy]